¿Qué significa reprobar el EGEL?
Reprobar el EGEL implica que no alcanzaste el nivel de desempeño esperado en las áreas evaluadas por el CENEVAL. En el caso de Relaciones Internacionales, el examen se divide en dos secciones: una disciplinar (que cubre temas como política internacional, derecho, economía y geografía) y otra transversal (centrada en habilidades de comunicación y lenguaje).
No aprobar significa que tu resultado fue “no satisfactorio” o “satisfactorio”, pero no “sobresaliente”. Y aunque esto no invalida tu formación académica, sí puede retrasar tu titulación, dependiendo de los requisitos de tu universidad.
¿Pierdes la oportunidad de titularte?
No necesariamente. Muchas instituciones permiten que presentes el examen nuevamente. Algunas incluso ofrecen otras vías de titulación si el EGEL no es obligatorio en tu plan de estudios. Pero si tu universidad exige el EGEL como única opción, entonces sí: deberás volver a presentarlo.
En ese caso, lo más importante es entender que el proceso no se detiene. Puedes reagendar tu examen en la siguiente convocatoria, que suele abrirse varias veces al año. El CENEVAL permite múltiples intentos, y no hay penalización por reprobar, más allá del tiempo que pierdes.
¿Cómo afecta esto tu vida profesional?
Aquí es donde muchos se preocupan. Sin título, es probable que enfrentes barreras para acceder a ciertos empleos, especialmente en el sector público o en organizaciones internacionales que exigen documentación formal. Además, algunos empleadores consideran el EGEL como un indicador de calidad académica.
Pero no todo está perdido. Puedes buscar empleos temporales, prácticas profesionales o voluntariados que te permitan seguir ganando experiencia mientras te preparas para una nueva presentación. Incluso puedes fortalecer tu perfil con certificaciones complementarias, como cursos en comercio exterior, diplomacia, derechos humanos o idiomas.
El impacto emocional: lo que nadie te dice
Reprobar un examen tan importante puede generar ansiedad, frustración y una sensación de fracaso. Es común que los estudiantes se sientan desmotivados, cuestionen su capacidad o incluso consideren abandonar el proceso.
Pero aquí es donde debes cambiar el enfoque. El EGEL no mide tu valor como persona ni tu potencial profesional. Es solo una herramienta de evaluación. Lo que realmente importa es cómo reaccionas ante el resultado. ¿Te detienes o te reinventas?
Busca apoyo emocional. Habla con tus profesores, compañeros o incluso con un orientador académico. Rodéate de personas que te impulsen, no que te juzguen. Y sobre todo, no te aísles.
¿Qué hacer después de reprobar?
Aquí viene la parte práctica. Si ya recibiste tu resultado y no fue el esperado, sigue estos pasos:
- Analiza tu diagnóstico El CENEVAL te entrega un informe detallado con tus áreas fuertes y débiles. Úsalo como mapa para tu próxima preparación. No estudies todo de nuevo: enfócate en lo que realmente necesitas reforzar.
- Organiza tu tiempo Establece un calendario de estudio realista. Si tienes trabajo o compromisos, ajusta tus horarios. Lo ideal es dedicar al menos 2 horas diarias durante 2 o 3 meses.
- Busca recursos confiables Usa guías actualizadas, simuladores, cursos en línea y grupos de estudio. Evita materiales desactualizados o poco claros. La guía oficial del EGEL RI es un buen punto de partida.
- Practica con exámenes anteriores Familiarízate con el formato. El EGEL incluye reactivos de opción múltiple, algunos con más de una respuesta correcta. Practicar te ayuda a reducir el estrés y mejorar tu tiempo de respuesta.
- Considera asesorías o tutorías Algunos centros educativos ofrecen apoyo personalizado. También puedes buscar tutores especializados en Relaciones Internacionales que te ayuden a entender los temas más complejos.
- Cuida tu salud mental No todo es estudio. Descansa, haz ejercicio, come bien. Tu cerebro necesita estar en equilibrio para rendir al máximo.
¿Y si no quiero volver a presentar el EGEL?
Si sientes que el EGEL no es para ti, revisa si tu universidad ofrece otras opciones de titulación: tesis, seminario, experiencia profesional, etc. Algunas instituciones permiten cambiar de modalidad si el estudiante lo solicita formalmente.
También puedes explorar certificaciones externas que fortalezcan tu perfil. Aunque no sustituyen el título, pueden abrirte puertas en el mercado laboral. Por ejemplo, cursos en comercio internacional, análisis político, cooperación internacional o gestión de proyectos.
¿Vale la pena intentarlo de nuevo?
Sí. Reprobar no significa que no puedas aprobar en el futuro. De hecho, muchos estudiantes logran resultados sobresalientes en su segundo intento. Lo importante es aprender de la experiencia, ajustar tu estrategia y mantener la motivación.
Recuerda que el EGEL no es un castigo, sino una oportunidad para demostrar lo que sabes. Y si lo ves como un reto personal, no como una amenaza, tu preparación será mucho más efectiva.
Conclusión: tu historia no termina aquí
Reprobar el EGEL puede parecer una derrota, pero en realidad es solo una pausa. Una oportunidad para reflexionar, reorganizarte y volver con más fuerza. No estás solo: miles de estudiantes han pasado por lo mismo y han salido adelante.
Tu título está más cerca de lo que crees. Solo necesitas claridad, estrategia y confianza. Y si estás leyendo esto, ya diste el primer paso: informarte.
Ahora, ¿qué sigue? Planifica tu próxima jugada. Revisa tu diagnóstico. Elige tus recursos. Y prepárate para demostrar que puedes lograrlo.
Porque sí, puedes.
